Photostories by Humans of St. Louis
Erika y Alison
Villa del Carbón, Mexico y St. Louis, Missouri, USA |
¿Ya le has contado sobre cómo es en tu ciudad de donde vienes?
Erika: “Sí, yo le he dicho y ella me dice que se ve las noticias y luego los reportajes. Vimos una película de cómo vienen los inmigrantes de México hacia acá. Y es muy triste, la pasada de un inmigrante. Ella me preguntó, ‘¿Mamá, tú cómo viniste?’ Y le platico. ‘¿Y a poco padeciste todo por allí, mamá. No tenías agua. No tenías comida?’ Todo eso ella ya empieza a ligar. Y yo le digo, ‘Sí, casi fue todo eso que nosotros pasamos.’ ‘¿Pero, mamá, por qué la gente viene de allá acá? ¿No tiene de comer en su país?’ Piensa ya en muchas cosas. Es una niña muy inteligente, que empieza a ligar todo eso. Se quedó también impresionada de toda la gente y decía, ‘¿Mamá, entonces todas las personas que están aquí han pasado así?’ Le digo, ‘No todas. Algunas, a lo mejor, tienen una visa, un pasaporte, y luego ellos pueden viajar y venir.’ Y me preguntó, ‘¿Tú, mamá, cuándo vas a ir a México?’ ‘No sé, hija. Igual un día menos esperado vamos a México. ¿Qué si le mando de vacaciones?’ Y me dijo, ‘No, mamá. Si tú no vas conmigo, yo no voy.’”
Erika: “Sí, yo le he dicho y ella me dice que se ve las noticias y luego los reportajes. Vimos una película de cómo vienen los inmigrantes de México hacia acá. Y es muy triste, la pasada de un inmigrante. Ella me preguntó, ‘¿Mamá, tú cómo viniste?’ Y le platico. ‘¿Y a poco padeciste todo por allí, mamá. No tenías agua. No tenías comida?’ Todo eso ella ya empieza a ligar. Y yo le digo, ‘Sí, casi fue todo eso que nosotros pasamos.’ ‘¿Pero, mamá, por qué la gente viene de allá acá? ¿No tiene de comer en su país?’ Piensa ya en muchas cosas. Es una niña muy inteligente, que empieza a ligar todo eso. Se quedó también impresionada de toda la gente y decía, ‘¿Mamá, entonces todas las personas que están aquí han pasado así?’ Le digo, ‘No todas. Algunas, a lo mejor, tienen una visa, un pasaporte, y luego ellos pueden viajar y venir.’ Y me preguntó, ‘¿Tú, mamá, cuándo vas a ir a México?’ ‘No sé, hija. Igual un día menos esperado vamos a México. ¿Qué si le mando de vacaciones?’ Y me dijo, ‘No, mamá. Si tú no vas conmigo, yo no voy.’”
Alison: “Can I ride my bike to the black car all the way up to the stop sign?”
Erika: “Okay, pero be careful. Ali, no en la calle. Quédate en esa línea. Ya sabes. Ella es nacida aquí. Y yo de una parte en el estado de México que se llama Villa del Carbón. Ella tiene siete años, habla los dos idiomas, y ahora ya sabe leer. Gracias a Dios, por parte de la escuela, entró en un programa donde fue calificada para que le dieran clases extras en la tarde. Son 45 minutos que le dan a diario. Entonces, a las 4:30 de la tarde la recojo. Es cierto, me está enseñando a mí. Yo he aprendido. Siento que cuando conocí a los que trabajan en MICA, yo no hablaba mucho. Nada más que, ‘Hi. How are you?’ Pero ahora, con ella, he aprendido ya más palabras. Ella me ha dicho, ‘Mamá, no se dice así. Se dice así.’ Yo lloré cuando me hablaron de la escuela y me dijeron, ‘Alison ya se sabe el abecedario perfectamente bien. Alison ya sabe contar y sabe identificar los números del uno a cien.’ Yo me quedo así impactada de todo lo que ha progresado mi hija. Digo, ‘Wow!’ Gracias a las maestras y el poquito apoyo que yo le ayudo aquí en la tarde. Pero, sí, ella me ha enseñado muchas cosas, muchas palabras nuevas. Y mire, ella sabe que debe quedar en esa línea.”
“¿Por qué viniste acá a Missouri?”
Erika: “Pues, para superarme. Para hacer algo para el beneficio de nosotros allá en México. Por ejemplo, yo vengo de una familia muy humilde, de una casita de dos cuartos que vivíamos hasta siete. Bueno, nosotros somos siete hermanos, entonces imagínese el más grande siempre es el que ayudaba a los más chiquitos o le ayudaba a los papás, o se tenía que ir a trabajar para ayudarle económicamente a los papás. Entonces, uno siempre piensa, pues, ‘Nos tenemos que ir. Nos tenemos que salir de nuestro país para mejorar.’ Porque en mí país, no hay realmente el trabajo. No hay la economía. Si no tienes tú estudios, no tienes un buen empleo. A veces terminas el estudio pero, ¿de qué te sirve si no hay empleos? Entonces, son muchas cosas. Y aquí no. Aquí, me he dado cuenta que las personas de 65 años o 45 años siguen trabajando. En México no. En México, ya tienen sus 40 años y ya dejan de trabajar. Aquí es un país que tiene muchas oportunidades.”
Erika: “Okay, pero be careful. Ali, no en la calle. Quédate en esa línea. Ya sabes. Ella es nacida aquí. Y yo de una parte en el estado de México que se llama Villa del Carbón. Ella tiene siete años, habla los dos idiomas, y ahora ya sabe leer. Gracias a Dios, por parte de la escuela, entró en un programa donde fue calificada para que le dieran clases extras en la tarde. Son 45 minutos que le dan a diario. Entonces, a las 4:30 de la tarde la recojo. Es cierto, me está enseñando a mí. Yo he aprendido. Siento que cuando conocí a los que trabajan en MICA, yo no hablaba mucho. Nada más que, ‘Hi. How are you?’ Pero ahora, con ella, he aprendido ya más palabras. Ella me ha dicho, ‘Mamá, no se dice así. Se dice así.’ Yo lloré cuando me hablaron de la escuela y me dijeron, ‘Alison ya se sabe el abecedario perfectamente bien. Alison ya sabe contar y sabe identificar los números del uno a cien.’ Yo me quedo así impactada de todo lo que ha progresado mi hija. Digo, ‘Wow!’ Gracias a las maestras y el poquito apoyo que yo le ayudo aquí en la tarde. Pero, sí, ella me ha enseñado muchas cosas, muchas palabras nuevas. Y mire, ella sabe que debe quedar en esa línea.”
“¿Por qué viniste acá a Missouri?”
Erika: “Pues, para superarme. Para hacer algo para el beneficio de nosotros allá en México. Por ejemplo, yo vengo de una familia muy humilde, de una casita de dos cuartos que vivíamos hasta siete. Bueno, nosotros somos siete hermanos, entonces imagínese el más grande siempre es el que ayudaba a los más chiquitos o le ayudaba a los papás, o se tenía que ir a trabajar para ayudarle económicamente a los papás. Entonces, uno siempre piensa, pues, ‘Nos tenemos que ir. Nos tenemos que salir de nuestro país para mejorar.’ Porque en mí país, no hay realmente el trabajo. No hay la economía. Si no tienes tú estudios, no tienes un buen empleo. A veces terminas el estudio pero, ¿de qué te sirve si no hay empleos? Entonces, son muchas cosas. Y aquí no. Aquí, me he dado cuenta que las personas de 65 años o 45 años siguen trabajando. En México no. En México, ya tienen sus 40 años y ya dejan de trabajar. Aquí es un país que tiene muchas oportunidades.”
“¿Cuántos años tenías cuando viniste a los EEUU?”
Erika: “Cuando yo me vine, iba a cumplir 19 años. Fue de trabajar y echarle ganas. Ayudarle a mis papás a hacer un poquito de la casa y hacer otras cosas. Sí, se fue el tiempo. Ahora tengo 30 años. Yo tenía hermanos aquí pero algunos se fueron. Estuvimos juntos aquí en Missouri, pero uno de ellos se fue para México. Él arregló una visa de trabajo. Se la dieron. Pero, ¿qué pasó? Él iba y venía cada año y al tercer año que vino para acá ya no se la dieron. Le dijeron supuestamente en la frontera que su visa no era aprobada. Él ya no pudo hacer nada. Tenía que meter abogado, y era mucho dinero, y dijo que, ‘Es dinero que yo no me voy a regresar.’ Tengo otro de mis hermanos que ya se fue porque dejó allá a su esposa y pues, su esposa también quería que regresara. Yo no más tengo una hermana aquí, ella está casada, y está viviendo por la Page. Ella viene a verme y yo la voy a ver. Con mis papas, nos comunicamos por teléfono nada más. Y ahorita con las llamadas que te pueden ser videollamadas. Así que Alison sólo conoce a sus abuelos por teléfono.”
Erika: “Cuando yo me vine, iba a cumplir 19 años. Fue de trabajar y echarle ganas. Ayudarle a mis papás a hacer un poquito de la casa y hacer otras cosas. Sí, se fue el tiempo. Ahora tengo 30 años. Yo tenía hermanos aquí pero algunos se fueron. Estuvimos juntos aquí en Missouri, pero uno de ellos se fue para México. Él arregló una visa de trabajo. Se la dieron. Pero, ¿qué pasó? Él iba y venía cada año y al tercer año que vino para acá ya no se la dieron. Le dijeron supuestamente en la frontera que su visa no era aprobada. Él ya no pudo hacer nada. Tenía que meter abogado, y era mucho dinero, y dijo que, ‘Es dinero que yo no me voy a regresar.’ Tengo otro de mis hermanos que ya se fue porque dejó allá a su esposa y pues, su esposa también quería que regresara. Yo no más tengo una hermana aquí, ella está casada, y está viviendo por la Page. Ella viene a verme y yo la voy a ver. Con mis papas, nos comunicamos por teléfono nada más. Y ahorita con las llamadas que te pueden ser videollamadas. Así que Alison sólo conoce a sus abuelos por teléfono.”
“¿Qué más te ha preguntado a ti?”
Erika: “Ella me preguntaba mucho de su papá. Fuimos a una terapia y la sicóloga dijo, ‘Siempre debes hablarle con la verdad. Está chiquita ahora, pero los niños son muy inteligentes que ellos captan todo. Oyen aquí una cosa, preguntan el día de mañana qué es lo que está pasando. Entonces tú nunca debes de decirles mentiras porque el día de mañana ella te va a reclamar. Te va a decir, ‘¿Mamá, por qué me dijistes que era verde sino que es azul?’ Aun a cierta edad es que los niños ya entienden mucho mejor. Los niños ahora son muy inteligentes. Piensan mucho. Se meten al Internet. Ven esto, ven lo otro. Tienen una computadora en sus cabezas. Así que, ahorita no es muy difícil compartir el pasado con ella. Anteriormente, sí. Pero ahorita le puedo decir y le puedo platicar. No todo, claro, porque está muy chiquita. Pero, sí, ciertas cosas. Cuando me pregunta, ‘¿Y mi papá?’ yo le decía, ‘No sé dónde está, pero creo que está en México.’ ‘¿Y por qué no viene?’ Ella cree que su papá es mi hermano o es mi papá, porque hablamos mucho por teléfono. Ahora me siento con más confianza de abrir las cosas y de decirle las cosas. Porque anteriormente yo tampoco no me sentía cómoda decirle las cosas, y aparte pues estaba muy chiquita, prácticamente una bebé ella.”
Erika: “Ella me preguntaba mucho de su papá. Fuimos a una terapia y la sicóloga dijo, ‘Siempre debes hablarle con la verdad. Está chiquita ahora, pero los niños son muy inteligentes que ellos captan todo. Oyen aquí una cosa, preguntan el día de mañana qué es lo que está pasando. Entonces tú nunca debes de decirles mentiras porque el día de mañana ella te va a reclamar. Te va a decir, ‘¿Mamá, por qué me dijistes que era verde sino que es azul?’ Aun a cierta edad es que los niños ya entienden mucho mejor. Los niños ahora son muy inteligentes. Piensan mucho. Se meten al Internet. Ven esto, ven lo otro. Tienen una computadora en sus cabezas. Así que, ahorita no es muy difícil compartir el pasado con ella. Anteriormente, sí. Pero ahorita le puedo decir y le puedo platicar. No todo, claro, porque está muy chiquita. Pero, sí, ciertas cosas. Cuando me pregunta, ‘¿Y mi papá?’ yo le decía, ‘No sé dónde está, pero creo que está en México.’ ‘¿Y por qué no viene?’ Ella cree que su papá es mi hermano o es mi papá, porque hablamos mucho por teléfono. Ahora me siento con más confianza de abrir las cosas y de decirle las cosas. Porque anteriormente yo tampoco no me sentía cómoda decirle las cosas, y aparte pues estaba muy chiquita, prácticamente una bebé ella.”
¿Si pudieras decirle algo a mucha gente, qué quieres que ellos sepan sobre ti?
Erika: “Yo les diría que la vida sigue como sea. Hay que enfrentarla para progresar el día de mañana. Yo creo que aquí es un país de muchas oportunidades. Todos los beneficios que ella tiene, que les dan aquí en la escuela...el apoyo, la confianza, la seguridad...en México casi no lo hay. O si lo hay, hay que pagar un suficiente dinero que no lo tienes tampoco. Y como mamá, pues, quieres lo mejor para tus hijos. Hay veces cuando me decía, ‘Sí, yo no lo tengo. Pero yo quiero mejorarme, quiero que mi hijo progrese, y que sigamos más adelante.’”
¿Cómo supiste de MICA?
Erika: “Yo fui a un corte en Clayton y me hablaron de ese proyecto. Nos pusimos en contacto, hicimos muchas cosas, y me ayudaron. Nos estamos allí comunicando. Yo doy gracias a Dios porque siento que ese programa fue un ángel para mí. Le agradezco. No tengo con qué agradecerle todo lo que hizo por mí, de verdad. Se lo he dicho a ellos y ellos me dicen, ‘No hay nada que agradecer, Erika. Al contrario. Estamos para ayudarte.’ Pues, a ver ahorita qué pasa. Primeramente Dios.”
“¿Cuál es tu temor más grande de todos?”
Erika: “Pues, ahorita de que el Presidente diga, ya ve que se escuchaba en las noticias hace unos meses, que él iba a deportar a las personas, hasta a los papás aunque tuvieran hijos aquí, que no le importaba. Entonces digo si ellos son nacidos aquí, ellos tienen más derecho de estar aquí. A lo mejor, nosotros no, ¿verdad? Nos podemos ir. ¿Pero ellos?”
Erika: “Yo les diría que la vida sigue como sea. Hay que enfrentarla para progresar el día de mañana. Yo creo que aquí es un país de muchas oportunidades. Todos los beneficios que ella tiene, que les dan aquí en la escuela...el apoyo, la confianza, la seguridad...en México casi no lo hay. O si lo hay, hay que pagar un suficiente dinero que no lo tienes tampoco. Y como mamá, pues, quieres lo mejor para tus hijos. Hay veces cuando me decía, ‘Sí, yo no lo tengo. Pero yo quiero mejorarme, quiero que mi hijo progrese, y que sigamos más adelante.’”
¿Cómo supiste de MICA?
Erika: “Yo fui a un corte en Clayton y me hablaron de ese proyecto. Nos pusimos en contacto, hicimos muchas cosas, y me ayudaron. Nos estamos allí comunicando. Yo doy gracias a Dios porque siento que ese programa fue un ángel para mí. Le agradezco. No tengo con qué agradecerle todo lo que hizo por mí, de verdad. Se lo he dicho a ellos y ellos me dicen, ‘No hay nada que agradecer, Erika. Al contrario. Estamos para ayudarte.’ Pues, a ver ahorita qué pasa. Primeramente Dios.”
“¿Cuál es tu temor más grande de todos?”
Erika: “Pues, ahorita de que el Presidente diga, ya ve que se escuchaba en las noticias hace unos meses, que él iba a deportar a las personas, hasta a los papás aunque tuvieran hijos aquí, que no le importaba. Entonces digo si ellos son nacidos aquí, ellos tienen más derecho de estar aquí. A lo mejor, nosotros no, ¿verdad? Nos podemos ir. ¿Pero ellos?”
¿Qué necesitas más que nada para estar el 100% tranquila ahora?
Erika: “Yo qué más quisiera que me dieran una visa para ir a México y venir y regresar. Un trabajo estable lo tengo, gracias a Dios. No gano los dólares así, pero sí yo tengo un trabajo bueno. No me quejo. Estoy bien de salud, que es lo más importante. Tengo a mi hija, que es otro tesoro más que tengo. Ella, la miro y me emociono más que nada verla cómo está, cómo va creciendo, y que cada día aprende una cosa diferente. Me quedo impactada. Pero le digo yo lo que más quisiera es ir a México, ir a ver a mis papás, y venir otra vez aquí.”
Erika: “Yo qué más quisiera que me dieran una visa para ir a México y venir y regresar. Un trabajo estable lo tengo, gracias a Dios. No gano los dólares así, pero sí yo tengo un trabajo bueno. No me quejo. Estoy bien de salud, que es lo más importante. Tengo a mi hija, que es otro tesoro más que tengo. Ella, la miro y me emociono más que nada verla cómo está, cómo va creciendo, y que cada día aprende una cosa diferente. Me quedo impactada. Pero le digo yo lo que más quisiera es ir a México, ir a ver a mis papás, y venir otra vez aquí.”