Photostories by Humans of St. Louis
Erick, Jennifer y Gordo
San Pedro Sula, Honduras; San Diego, California, USA & Maryville, Illinois, USA
Erick: “Vengo de San Pedro Sula, Honduras. Ya tengo 21 anõs pero cuando yo estaba chiquito, era muy tranquilo. Si había delincuencia, pero poquita. Ahora ya se mira mucho. Ahora, hasta menores de edad, andan en las maras, porque si no, se unen a ellos, los matan a ellos y a sus familias. Te dicen, ‘Eres enemigo de nosotros o eres el amigo de nosotros.’ La verdad es que ahora ya esta muy feo. Cuando uno va allá, le preguntan, ‘De dónde eres? Quien es tu familia?’ Y si a uno no lo conocen, los matan o los golpean para que se salgan porque según dicen es su territorio. Ahora está pasando en cualquier parte. Antes eran no más ciudades que estaban feo, pero ya ahora ya toda. Me estaban contando que los médicos forenses, de los que rejuntan los muertos, porque allá no es la ambulancia, ellos dijeron, que cada familia rejuntará a su familia, porque ellos ya estaban cansados de rejuntar tantos muertos. Cada quien que los rejuntará, los limpiará, y los entierra. Así estaban diciendo mi hermana, la que está todavía en Honduras. Allá no son narcotraficantes. Todas son gangas. Hasta los niños de 12 y 14 años, ya han matado mucha gente. Porque si no, no tienen como huir de ellos. Tienen que hacerse aliados de ellos porque no quieren morir, o que les vaya a pasar algo a sus familiares.”
“¿Cuantas personas hay en su familia? A quien dejaste atrás?”
Erick: “Dejé a mi hijo y a mi hermana, mas que todo. Ya mis primos son mareros. Mi último primo que mataron. Mi primo según se lo iban a entregar a él a la mara porque mi hermano no se quiso hacer de la mara. Pero mi primo le advirtió, porque mi primo no estaba todavía con ellos, pero él les decía donde estaba la gente y le advirtió a mi hermano que se vinieran para acá, a Estados Unidos, porque si no, los iban a matar. Esa misma noche salieron todos para acá. Y al dia siguiente ya en la tarde él fue a hablar con mi máma y le dijo, ‘Mire, tía, a mi me van a matar, y cuando a mi me maten, váyase Usted.’ Porque aún quedaba yo, mi hermana la menor, mi hermana la mayor estaba en otra ciudad que ellos no sabían donde vivían, miraba yo y mi mama, y mi hermanita chiquita. ‘La misma noche que me maten, Ustedes no más me entierran y salganse, porque les van a meter fuego cuando se den cuenta que no agarraron a Juan,’ a mi hermano. Y es verdad. Ya en la tarde a mi primo le dieron muchos balazos. Él dejó dos niñas y un niño, y lo más peor era que a la hija de él vio. Ella tenía casi siete años, y ella lloraba y le decía, ‘No, papí. ¿Por qué lo mataron? Levántate!’ Nosotros fuimos y agarramos a la niña y si enterramos a mi primo, nosotros en ese mismo ratito.
“¿Cuantas personas hay en su familia? A quien dejaste atrás?”
Erick: “Dejé a mi hijo y a mi hermana, mas que todo. Ya mis primos son mareros. Mi último primo que mataron. Mi primo según se lo iban a entregar a él a la mara porque mi hermano no se quiso hacer de la mara. Pero mi primo le advirtió, porque mi primo no estaba todavía con ellos, pero él les decía donde estaba la gente y le advirtió a mi hermano que se vinieran para acá, a Estados Unidos, porque si no, los iban a matar. Esa misma noche salieron todos para acá. Y al dia siguiente ya en la tarde él fue a hablar con mi máma y le dijo, ‘Mire, tía, a mi me van a matar, y cuando a mi me maten, váyase Usted.’ Porque aún quedaba yo, mi hermana la menor, mi hermana la mayor estaba en otra ciudad que ellos no sabían donde vivían, miraba yo y mi mama, y mi hermanita chiquita. ‘La misma noche que me maten, Ustedes no más me entierran y salganse, porque les van a meter fuego cuando se den cuenta que no agarraron a Juan,’ a mi hermano. Y es verdad. Ya en la tarde a mi primo le dieron muchos balazos. Él dejó dos niñas y un niño, y lo más peor era que a la hija de él vio. Ella tenía casi siete años, y ella lloraba y le decía, ‘No, papí. ¿Por qué lo mataron? Levántate!’ Nosotros fuimos y agarramos a la niña y si enterramos a mi primo, nosotros en ese mismo ratito.
“Nos fuimos, dejamos todas las cosas tiradas, así no más agarramos poquitas y nos fuimos con mi hermana que ellos no sabían donde vivíamos. Nos anduvieron buscando y ya los hermanos de ellos dijeron que por mi hermano mataron a él. Porque mi mama lo crió de chiquito a él, pues él dijo, ‘Yo a él lo quiero como un hermano.’ Habían veces que mi mamá dejaba de darnos de comer a nosotros por darle de comer a ellos. Y el miro todo eso. Pero ahora mis otros primos no miran eso y ellos dijeron que si nos fueramos nosotros allá nos van a matar como la por culpa de nosotros según mataron a su hermano y dejo a sus hijas, pero la verdad, él también andaba en eso, y a ellos les dijeron que si no se hacían ellos de la mara, pues iban a quedar como su hermano, y la misma noche que nosotros ya en la tarde si, ya nosotros salimos, nos contaron nuestros vecinos que llegaron unos mareros, llegaron con tanques de gasolina, abrieron las puertas a patadas y como no miraron a nadie, y esa misma noche, como él había dicho que iban a llegar y nos iban a querer meter fuego. Y no quemaron la casa, porque no encontraron a nadie. No más se llevaron las cosas que quedaron y dejaron todo abierto.”
“Yo, mi mama, y mi hermanita chiquita nos fuimos para Yoro. Vivíamos en San Pedro Sula. Nos fuimos para otro ‘state’ o ciudad por así decirlo. Los Mareros a quienes ya mataron mis familiares nos anduvieron buscando mucho y nosotros dijimos que se iban a dar cuenta, mejor yo me vine para acá a los Estados Unidos. Se quedaron mi mamá con mi hermana, pero ya mi papá, él me dejó en Monterrey. Él se fue. Según iba a traer a mi máma, según me dejó allí tirado en Monterrey. Tenía yo 15 años, pero como le dije, ‘Papá, ya he visto cosas peores y no estoy para ver más cosas peores.’ Allí estuve yo trabajando y arregle que mi hermano mandará por mi un coyote para que me cruzara.”
“En Monterrey, me quede como una semana solo. Y en Monterrey había uno de esos que secuestraban gente. Lo grande Dios me ha cuidado mucho. Los mismos que secuestran gente, ellos me dijeron, ‘Mira, tienes familia?’ Y yo les dije, ‘No, la verdad que yo estoy solo. Ya ves que ni mi papá me quiere. Me dejo votado aquí en Monterrey. Ya sabes que yo trabajo.’ Y me dijeron, ‘Te vamos a dejar aquí en un cuarto donde metemos gente, pero a ti te vamos a tener en este cuarto. No te vamos a tener secuestrado. ¿Quieres trabajar con nosotros?’ ‘No, la verdad es que yo vengo huyendo de allá tan lejos, no voy a caer acá a eso, a lo mismo de andar matando gente, secuestrando,’ le decía. Entonces me decían, ‘Mientras consigas un cuarto, trabaja bien, te vamos a dar aquí en este cuarto.’ Y me dejaron y yo escuchaba, porque se escucha el otro cuarto y yo a la semana le dije, ‘Gracias por todo, pero yo ya encontre un cuarto.’ Y bueno. Ellos nunca me hicieron nada. Me cuidaron a mi.”
“Yo, mi mama, y mi hermanita chiquita nos fuimos para Yoro. Vivíamos en San Pedro Sula. Nos fuimos para otro ‘state’ o ciudad por así decirlo. Los Mareros a quienes ya mataron mis familiares nos anduvieron buscando mucho y nosotros dijimos que se iban a dar cuenta, mejor yo me vine para acá a los Estados Unidos. Se quedaron mi mamá con mi hermana, pero ya mi papá, él me dejó en Monterrey. Él se fue. Según iba a traer a mi máma, según me dejó allí tirado en Monterrey. Tenía yo 15 años, pero como le dije, ‘Papá, ya he visto cosas peores y no estoy para ver más cosas peores.’ Allí estuve yo trabajando y arregle que mi hermano mandará por mi un coyote para que me cruzara.”
“En Monterrey, me quede como una semana solo. Y en Monterrey había uno de esos que secuestraban gente. Lo grande Dios me ha cuidado mucho. Los mismos que secuestran gente, ellos me dijeron, ‘Mira, tienes familia?’ Y yo les dije, ‘No, la verdad que yo estoy solo. Ya ves que ni mi papá me quiere. Me dejo votado aquí en Monterrey. Ya sabes que yo trabajo.’ Y me dijeron, ‘Te vamos a dejar aquí en un cuarto donde metemos gente, pero a ti te vamos a tener en este cuarto. No te vamos a tener secuestrado. ¿Quieres trabajar con nosotros?’ ‘No, la verdad es que yo vengo huyendo de allá tan lejos, no voy a caer acá a eso, a lo mismo de andar matando gente, secuestrando,’ le decía. Entonces me decían, ‘Mientras consigas un cuarto, trabaja bien, te vamos a dar aquí en este cuarto.’ Y me dejaron y yo escuchaba, porque se escucha el otro cuarto y yo a la semana le dije, ‘Gracias por todo, pero yo ya encontre un cuarto.’ Y bueno. Ellos nunca me hicieron nada. Me cuidaron a mi.”
“¿Qué te ha pasado despues que tu saliste de Monterrey?”
Erick: “Mi hermano me pagó un coyote. Estuve allí como dos semanas y luego me pasó para Texas. Me agarró la migración allí y me mandó para New York porque según habían muchos niños allá en Texas y allí estuvo la casa con espacio que encontraron. En New York estuve yo como tres meses. Hasta que mi tía pudo juntar los suficientes papeles para el boleto de avión y ya me mandaron allá a Florida. Así que, para cruzar la frontera, pagaron $700 USD porque se paga la mitad primero y ya estando yo aquí, pagaron otros $700 USD. O sea que se pagan $1400 USD porque ya estaba yo en la frontera. Yo crucé por Reynosa, México hasta aquí, hasta McAllen, Texas.”
“¿Y cuando eras chiquitito, escuchaste a las historias de los niños a quienes cruzan?”
Erick: “Cuando era pequeño, era un poco más calmado. No había tanto inmigración. Según pasaba la gente, pero no había tanta delincuenci. Todavía no estaban los Zetas. Cuando yo vine, como a los dos años antes, empezaron a salir los Zetas, más que todo en Zacatecas. Hoy también en el central DF, encontramos a mareros de allá de Honduras, que andaban robandole a la gente y andaban con unas armas y nos empezaron a decir, ‘Oye! Si no nos dan el dinero acá mismo van a quedar muertos.’ Y sacaron las armas, y dijimos nosotros, ‘No le digo, yo más bien vengo de allá.’ Y en eso como yo en Yoro trabajé en una bananera. Muchos de allí me preguntaron, ‘De donde eres?’ ‘Yoro.’ ‘De que parte de Yoro?’ ‘Agua Blanca.’ ‘Y no trabajaste en la bananera?’ Sí, mire conozco a tal y ese.’ ‘Oh, esa es mi familia. Pero no se vale. Aunque conozcas a mi familia, dame tu dinero y no te vamos a hacer nada.’ Me salvé pero nos quitaron todo el dinero. Y hasta los mismos policías de Guatemala hay que dejarles dinero cuando cruzamos para que nos dejen seguir.”
Erick: “El tren, ‘La Bestia,’ era bien rápido. Yo tenía que correr y correr hasta lograr agarrar y no soltarse porque si te sueltas, como me decían, ‘Te quedaste sin pie o te quedaste sin vida.’ El tren va llena, y no me acuerdo como se llama esta parte de México, donde empieza a correr La Bestia, pero se miraba bien lleno el tren. Transporta cosas como granos, frijoles, o arena para abajo y casi no cabía la gente arriba. Habían unos que lo empujaban y si no se agarra bien, uno se cae. La verdad que hay gente bien mala. En vez de ayudarle y decirle, ‘Mira, siéntate aquí.’ Dijeron, ‘No, buscate tu vagón.’ Y en el dia hace mucha calor, y en la noche hace mucho frío. Yo sentía encima que hasta me congelaba. Yo llegué con La Bestia hasta Monterrey. Todo en mi camino, no vi ni un bus, ni un taxi, ni nada. Pura Bestia, porque allá hasta Monterrey llega. Ya de Monterrey para acá hay mucha inmigración agarrando gente del tren.”
“¿Qué pasó en el momento cuando estabas cruzando y te agarraron?”
Erick: “Pues la verdad yo me sentí muy mal. Iba a volver a Honduras, pero me di cuenta que era menor de edad y me podía quedar aquí. Si regresaría a Honduras, iba a ser lo mismo, viendo lo mismo, hasta que me encuentren. Si se preocupa mucho uno y ya cuando sentí un alivio fue cuando me dijeron, ‘Te vamos a mandar a Nueva York, y allá te puede sacar tu familia, tus familiares que tenga papeles aquí. Si no, te pueden adoptar.’ Y yo le dijé, ‘No me interesa que me adopten, con tal que yo me quede aquí o algo, porque ya tenía tres meses ya aquí, y la verdad que yo estaba desesperado, porque estaba mejor aquí que allá. Me llevaron a una casa hogar que era mejor que en la frontera, porque cuando lo agarran, la migración, no más lo que le dan un pan y un boloni y para un dia. Y solo dan cuando cae uno nuevo. Nosotros nos dijeron, ‘Que caiga otro. Que caiga otro!’ para que nos dieran de comer.”
“¿Y como fue cuando llegaste a la casa hogar?”
Erick: “Allí, sí, nos recibieron bien bonito. Alguien llegó por nosotros, nos recogieron en una van, ya no llevábamos esposas ni nada. Nos bañamos. Nos dieron comida. Bien bonito nos trataron. Cuando yo llegué a la frontera, me quemé la mano. Porque cuando estaban los coyotes, uno tiene que cocinar su propia comida. A uno le dicen, ‘Come si quieres. Si no quieres, pues, muérete.’ Y yo me quemé toda la mano con la freidora. Una quemadota bien grandota. Recuerdo que el policía me llevaron a un hospital, ya me pusieron crema. Y allí en el hogar, nos daban tres llamadas a la semana porque es muy caro. Teníamos abogado, si teníamos que ir a corte o algo. E ibamos a psicólogo. Cuando yo llegué allí, no me podía ni dormir. Uno venía bien traumatizado y el psicólogo me hablaba. La verdad, uno viene soñando cosas de hay todo eso y se despierta de repente en la noche de la trauma de lo que uno trae.”
Erick: “Mi hermano me pagó un coyote. Estuve allí como dos semanas y luego me pasó para Texas. Me agarró la migración allí y me mandó para New York porque según habían muchos niños allá en Texas y allí estuvo la casa con espacio que encontraron. En New York estuve yo como tres meses. Hasta que mi tía pudo juntar los suficientes papeles para el boleto de avión y ya me mandaron allá a Florida. Así que, para cruzar la frontera, pagaron $700 USD porque se paga la mitad primero y ya estando yo aquí, pagaron otros $700 USD. O sea que se pagan $1400 USD porque ya estaba yo en la frontera. Yo crucé por Reynosa, México hasta aquí, hasta McAllen, Texas.”
“¿Y cuando eras chiquitito, escuchaste a las historias de los niños a quienes cruzan?”
Erick: “Cuando era pequeño, era un poco más calmado. No había tanto inmigración. Según pasaba la gente, pero no había tanta delincuenci. Todavía no estaban los Zetas. Cuando yo vine, como a los dos años antes, empezaron a salir los Zetas, más que todo en Zacatecas. Hoy también en el central DF, encontramos a mareros de allá de Honduras, que andaban robandole a la gente y andaban con unas armas y nos empezaron a decir, ‘Oye! Si no nos dan el dinero acá mismo van a quedar muertos.’ Y sacaron las armas, y dijimos nosotros, ‘No le digo, yo más bien vengo de allá.’ Y en eso como yo en Yoro trabajé en una bananera. Muchos de allí me preguntaron, ‘De donde eres?’ ‘Yoro.’ ‘De que parte de Yoro?’ ‘Agua Blanca.’ ‘Y no trabajaste en la bananera?’ Sí, mire conozco a tal y ese.’ ‘Oh, esa es mi familia. Pero no se vale. Aunque conozcas a mi familia, dame tu dinero y no te vamos a hacer nada.’ Me salvé pero nos quitaron todo el dinero. Y hasta los mismos policías de Guatemala hay que dejarles dinero cuando cruzamos para que nos dejen seguir.”
Erick: “El tren, ‘La Bestia,’ era bien rápido. Yo tenía que correr y correr hasta lograr agarrar y no soltarse porque si te sueltas, como me decían, ‘Te quedaste sin pie o te quedaste sin vida.’ El tren va llena, y no me acuerdo como se llama esta parte de México, donde empieza a correr La Bestia, pero se miraba bien lleno el tren. Transporta cosas como granos, frijoles, o arena para abajo y casi no cabía la gente arriba. Habían unos que lo empujaban y si no se agarra bien, uno se cae. La verdad que hay gente bien mala. En vez de ayudarle y decirle, ‘Mira, siéntate aquí.’ Dijeron, ‘No, buscate tu vagón.’ Y en el dia hace mucha calor, y en la noche hace mucho frío. Yo sentía encima que hasta me congelaba. Yo llegué con La Bestia hasta Monterrey. Todo en mi camino, no vi ni un bus, ni un taxi, ni nada. Pura Bestia, porque allá hasta Monterrey llega. Ya de Monterrey para acá hay mucha inmigración agarrando gente del tren.”
“¿Qué pasó en el momento cuando estabas cruzando y te agarraron?”
Erick: “Pues la verdad yo me sentí muy mal. Iba a volver a Honduras, pero me di cuenta que era menor de edad y me podía quedar aquí. Si regresaría a Honduras, iba a ser lo mismo, viendo lo mismo, hasta que me encuentren. Si se preocupa mucho uno y ya cuando sentí un alivio fue cuando me dijeron, ‘Te vamos a mandar a Nueva York, y allá te puede sacar tu familia, tus familiares que tenga papeles aquí. Si no, te pueden adoptar.’ Y yo le dijé, ‘No me interesa que me adopten, con tal que yo me quede aquí o algo, porque ya tenía tres meses ya aquí, y la verdad que yo estaba desesperado, porque estaba mejor aquí que allá. Me llevaron a una casa hogar que era mejor que en la frontera, porque cuando lo agarran, la migración, no más lo que le dan un pan y un boloni y para un dia. Y solo dan cuando cae uno nuevo. Nosotros nos dijeron, ‘Que caiga otro. Que caiga otro!’ para que nos dieran de comer.”
“¿Y como fue cuando llegaste a la casa hogar?”
Erick: “Allí, sí, nos recibieron bien bonito. Alguien llegó por nosotros, nos recogieron en una van, ya no llevábamos esposas ni nada. Nos bañamos. Nos dieron comida. Bien bonito nos trataron. Cuando yo llegué a la frontera, me quemé la mano. Porque cuando estaban los coyotes, uno tiene que cocinar su propia comida. A uno le dicen, ‘Come si quieres. Si no quieres, pues, muérete.’ Y yo me quemé toda la mano con la freidora. Una quemadota bien grandota. Recuerdo que el policía me llevaron a un hospital, ya me pusieron crema. Y allí en el hogar, nos daban tres llamadas a la semana porque es muy caro. Teníamos abogado, si teníamos que ir a corte o algo. E ibamos a psicólogo. Cuando yo llegué allí, no me podía ni dormir. Uno venía bien traumatizado y el psicólogo me hablaba. La verdad, uno viene soñando cosas de hay todo eso y se despierta de repente en la noche de la trauma de lo que uno trae.”
“Ya has visto un montón de cosas, pero siempre me estás contando la historia con una sonrisa, como que, lo superaste y es el pasado.”
Erick: “Uno hay que superar las cosas, porque ya uno tengo mi hijo. No voy a darle esa sonrisa que no tenía.”
“¿Por qué llegaste a Missouri?”
Erick: “Porque estaba mi hermano. Él me sacó de Florida para estar aquí con él y me metió en la escuela.”
Erick: “Uno hay que superar las cosas, porque ya uno tengo mi hijo. No voy a darle esa sonrisa que no tenía.”
“¿Por qué llegaste a Missouri?”
Erick: “Porque estaba mi hermano. Él me sacó de Florida para estar aquí con él y me metió en la escuela.”
“¿Entonces, cuando se conocieron tú u tú novia?”
Erick: “En la high school. En Granite City, Illinois.”
“¿Te acuerdas la primera vez que conociste a ella?”
Erick: “Sí. En la clase de gym. Fue cuando la estaba molestando. Ella agarro una manzana y me la tiro pero le pegó a otro.”
Jennifer: “Cada vez que salía del gym, me iba a molestar. Era la última hora y yo me quedaba afuera esperando a mis amigas con el phone y venía él con su amigo a molestarme. Yo conocía a Erick in my junior year. I thought he was Mexican and related to another guy in my school because they were always together and they were both annoying.”
“What’s a part of his journey that you haven’t learn about yet, that you’re curious about?”
Jennifer: “Everything. I just heard that he came over here because he didn’t want to be over there; his mom and his sister stayed. Other than that, I don’t know the whole scenario because he doesn’t want to talk about it; he doesn’t want to involve me.”
Erick: “En la high school. En Granite City, Illinois.”
“¿Te acuerdas la primera vez que conociste a ella?”
Erick: “Sí. En la clase de gym. Fue cuando la estaba molestando. Ella agarro una manzana y me la tiro pero le pegó a otro.”
Jennifer: “Cada vez que salía del gym, me iba a molestar. Era la última hora y yo me quedaba afuera esperando a mis amigas con el phone y venía él con su amigo a molestarme. Yo conocía a Erick in my junior year. I thought he was Mexican and related to another guy in my school because they were always together and they were both annoying.”
“What’s a part of his journey that you haven’t learn about yet, that you’re curious about?”
Jennifer: “Everything. I just heard that he came over here because he didn’t want to be over there; his mom and his sister stayed. Other than that, I don’t know the whole scenario because he doesn’t want to talk about it; he doesn’t want to involve me.”
“¿Cuánto tiempo llevan juntos ahorita?”
Erick: “Tres anos. Y Gordo, nuestro hijo, tiene dos años.”
“¿Y cuantos anos tiene su otro hijo, Erick?”
Erick: “Mi otro hijo tiene cuatro años. Desde que salí, como se dió cuenta la máma de él que yo tuvé otro niño, se enojó y me dijó que ya no iba a saber nada de mi. Sus papás son pastores de la iglesia y ellos quieren todo perfecto. Cuando ya crezca él y pregunte por mi, allí ya le va a tocar obligado hablarle de mi.”
“¿Cómo es que ustedes conocieron el proyecto MICA?”
Erick: “Por medio de mi cuñada. Ellas lo vieron por Internet y ya con los que trabajan allá, fue buenas personas conmigo hasta me sorprendió porque cada vez que llego tarde, mi abogada dice, ‘No, esté bien.’ Siempre llego tarde, porque creo que, ‘Está bien, está bien!’ Ella llega a tal hora y ella ya sabe que voy a llegar como 10-20 minutos después. Pero, sí, gracias a Dios, ellos pudieron ya sacar mi permiso de trabajo para que yo pudiera trabajar y pudiera hacer mis taxes. Ahorita estamos en tramites de mi residencia para que yo pueda ir a ver a mi mamá en México. A mucha gente que yo veo siempre me pregunta de la inmigración y le recomiendo MICA. La verdad es que ellos tienen mucha carisma. Es muy bonitos su caracteres. Les gustan los personas a quienes les sirven y estudiaron para ayudarles. Así en eso se dedican a su tiempo.”
Erick: “Tres anos. Y Gordo, nuestro hijo, tiene dos años.”
“¿Y cuantos anos tiene su otro hijo, Erick?”
Erick: “Mi otro hijo tiene cuatro años. Desde que salí, como se dió cuenta la máma de él que yo tuvé otro niño, se enojó y me dijó que ya no iba a saber nada de mi. Sus papás son pastores de la iglesia y ellos quieren todo perfecto. Cuando ya crezca él y pregunte por mi, allí ya le va a tocar obligado hablarle de mi.”
“¿Cómo es que ustedes conocieron el proyecto MICA?”
Erick: “Por medio de mi cuñada. Ellas lo vieron por Internet y ya con los que trabajan allá, fue buenas personas conmigo hasta me sorprendió porque cada vez que llego tarde, mi abogada dice, ‘No, esté bien.’ Siempre llego tarde, porque creo que, ‘Está bien, está bien!’ Ella llega a tal hora y ella ya sabe que voy a llegar como 10-20 minutos después. Pero, sí, gracias a Dios, ellos pudieron ya sacar mi permiso de trabajo para que yo pudiera trabajar y pudiera hacer mis taxes. Ahorita estamos en tramites de mi residencia para que yo pueda ir a ver a mi mamá en México. A mucha gente que yo veo siempre me pregunta de la inmigración y le recomiendo MICA. La verdad es que ellos tienen mucha carisma. Es muy bonitos su caracteres. Les gustan los personas a quienes les sirven y estudiaron para ayudarles. Así en eso se dedican a su tiempo.”
Erick: “Yo trabajo en una compañía de packaging y manejo un forklift. Antes, cuando yo trabajaba, trabajaba en una llantera o de roofing y no tenía papeles. La verdad es que siempre tuve confianza, porque la manera que trabajaba en mi tiempo libre, y la confianza en Dios, nunca pensé que me iban a mandar. Se iba a tardar un poquito porque lo bueno nunca llega pronto. Hay que esperar. Que necesito mas que nada, pues ahorita, no más ver a mi mamá, porque ya tengo más de cinco años que no la veo. Ella está bien enferma, ella padece de la presión, del Corazón y le detectaron azúcar, entonces cada rato le dan ataques a ella. Siento que no la voy a poder ver antes que pues que ella conozca a mi hijo. Pero no me puedo quejar. Yo estoy mejor que allá. No miro las cosas que, ‘Oh, me falta esto.’ Tengo el pan de cada dia, y eso le doy gracias a Dios. No miro tantas muertes, o que me tengo que cuidar, o me tengo que ir o eso. De que tener ese miedo de que lo van a matar a uno o ya voy para grande y tengo que entrar a la mara. No me puedo quejar, gracias a Dios.”
“¿Si todavía estuvieras allá, como seria tu vida ahorita?”
Erick: “Creo que no estaría vivo todavía, porque cuando uno está en la mara, es poco lo que dura. Y si estuviera vivo estuviera preso. Estuviera ya sin un brazo o algo. Cuando tú ya estás grande, te reclutan y te dicen, ‘Vente, vamos a entrenarte.’ Y primero para entrar a la ganga le dan a una paliza, y si pasas de esa paliza y no te mueres, ya eres bueno para la mara. Yo en la parte donde yo viví, donde yo me crie es una colonia, está de un lado está la 18 y esta otro lado está la MS. Y donde nosotros vivíamos, esa calle y de aquí estaba la 18 cruzabas para acá estaba la MS no más esta se miraba estaba más la mara, donde tienen la mara según. Son dos tipos de gangas diferentes. La Salvatrucha (MS) Y Los 18, les dicen. ‘Los 18.’ Hay veces que se agarran a tiros y de repente que viene una mara y viene la otra, están agarrando a tiros, viene la policía, y no saben ni a quien están disparando.”
“¿Para los que no entienden nada de lo que has vivido, qué quieres que sepan?”
Erick: “Que den gracias a Dios y que nunca cometan lo malo. Que nunca hagan de este país malo como el país de uno y sucio como el país de uno, porque la verdad es si ellos llegan a ir allá y miran el país de uno se van a dar cuenta que hay que cuidar este país. Hay que cuidar más que todo este país y aceptar cualquier Presidente que viene al país, porque con huelga le verdad es que no van a hacer nada. Hay que aceptarlo y no más son cuatro años, o tal vez menos. Puede haber pobreza, pero hay trabajo. Hay que animarse a trabajar porque este es su país, este es su bandera, uno tiene que pelear por este país mientras uno viva en aquí.”
“Do you think about Erick’s and little Erick’s culture and how one day he’ll probably be really curious like, ‘Where’s Honduras and can we go and what’s it like?’”
Jennifer: “He talks about how bad it is, so I don’t know. I don’t feel like I want to go because I really don’t want to risk it. Just like in México. Like, his mom is there right now, so I would go, but I won’t stay alone. The only thing is his other son. He’d like to bring him over here. He is not in contact with him now, but if his son ever wanted to find out about him, I wouldn’t mind his son coming here. He is part of him. I can’t neglect him. If we ever got separated, I wouldn’t neglect him from seeing his child that we have together.”
“¿Si todavía estuvieras allá, como seria tu vida ahorita?”
Erick: “Creo que no estaría vivo todavía, porque cuando uno está en la mara, es poco lo que dura. Y si estuviera vivo estuviera preso. Estuviera ya sin un brazo o algo. Cuando tú ya estás grande, te reclutan y te dicen, ‘Vente, vamos a entrenarte.’ Y primero para entrar a la ganga le dan a una paliza, y si pasas de esa paliza y no te mueres, ya eres bueno para la mara. Yo en la parte donde yo viví, donde yo me crie es una colonia, está de un lado está la 18 y esta otro lado está la MS. Y donde nosotros vivíamos, esa calle y de aquí estaba la 18 cruzabas para acá estaba la MS no más esta se miraba estaba más la mara, donde tienen la mara según. Son dos tipos de gangas diferentes. La Salvatrucha (MS) Y Los 18, les dicen. ‘Los 18.’ Hay veces que se agarran a tiros y de repente que viene una mara y viene la otra, están agarrando a tiros, viene la policía, y no saben ni a quien están disparando.”
“¿Para los que no entienden nada de lo que has vivido, qué quieres que sepan?”
Erick: “Que den gracias a Dios y que nunca cometan lo malo. Que nunca hagan de este país malo como el país de uno y sucio como el país de uno, porque la verdad es si ellos llegan a ir allá y miran el país de uno se van a dar cuenta que hay que cuidar este país. Hay que cuidar más que todo este país y aceptar cualquier Presidente que viene al país, porque con huelga le verdad es que no van a hacer nada. Hay que aceptarlo y no más son cuatro años, o tal vez menos. Puede haber pobreza, pero hay trabajo. Hay que animarse a trabajar porque este es su país, este es su bandera, uno tiene que pelear por este país mientras uno viva en aquí.”
“Do you think about Erick’s and little Erick’s culture and how one day he’ll probably be really curious like, ‘Where’s Honduras and can we go and what’s it like?’”
Jennifer: “He talks about how bad it is, so I don’t know. I don’t feel like I want to go because I really don’t want to risk it. Just like in México. Like, his mom is there right now, so I would go, but I won’t stay alone. The only thing is his other son. He’d like to bring him over here. He is not in contact with him now, but if his son ever wanted to find out about him, I wouldn’t mind his son coming here. He is part of him. I can’t neglect him. If we ever got separated, I wouldn’t neglect him from seeing his child that we have together.”
“And are you raising him bilingual?”
Jennifer: “Well, I speak more English to our son and he speaks more Spanish with him. Gordo speaks some Spanish, but mostly English because he always watches Mickey Mouse and Paw Patrol.”
Jennifer: “Well, I speak more English to our son and he speaks more Spanish with him. Gordo speaks some Spanish, but mostly English because he always watches Mickey Mouse and Paw Patrol.”
Jennifer: “MICA helped him a lot with getting his work permit, because when he was working in roofing, he wouldn’t make that much money. He would be working at the tire shop, sitting there, and even when he was busy, he got paid like $50 a day. So, him getting the job he has now, and being able to find other work, and making more money as a result, has helped us. We are able to help his mom and our family, too.”
“¿Después de cumpliste los 18 años, qué permiso te dieron para que te quedaras aquí?”
Erick: “Permiso de trabajo. Tuve que ir a traer un papel de migración primero, que decía que estoy arreglando, y después de ese, me tuvo que tomar la huella. Y después me tuvo que dar permiso de trabajo más que todo según es lo primero que uno debe tener para que me dieran mi social security, después del social security, ya teniendo uno su permiso de trabajo, puede agarrar su social security. Mi visa de trabajo, el que tengo ahorita, se vence en el 2017 o 2018. Duran como tres años, pero ese es no más un permiso. Uno puede arreglar la residencia.”
“¿Quiere ser ciudadano un dia?”
Erick: “Sí. Un dia que se pueda, con esperanza y fe, se va a poder.”
“¿Después de cumpliste los 18 años, qué permiso te dieron para que te quedaras aquí?”
Erick: “Permiso de trabajo. Tuve que ir a traer un papel de migración primero, que decía que estoy arreglando, y después de ese, me tuvo que tomar la huella. Y después me tuvo que dar permiso de trabajo más que todo según es lo primero que uno debe tener para que me dieran mi social security, después del social security, ya teniendo uno su permiso de trabajo, puede agarrar su social security. Mi visa de trabajo, el que tengo ahorita, se vence en el 2017 o 2018. Duran como tres años, pero ese es no más un permiso. Uno puede arreglar la residencia.”
“¿Quiere ser ciudadano un dia?”
Erick: “Sí. Un dia que se pueda, con esperanza y fe, se va a poder.”
“¿Qué piensas sobre la gente que hacen sus conclusiones, así tan rápido sin saber sus historias ni nada? ¿Qué quieren que sepan?”
Erick: “Pues, la verdad que sepan, que no toda la gente es igual. Solo porque ellos piensan que unos de allá se matan, no todos son iguales. No todos matan. No todos roban. Si uno no les da la forma de poder hacer su vida, ellos van a buscar hacer lo malo. En cambio, si ellos los dejan entrar aquí, agarran su permiso de trabajo, pueden trabajar bien, ellos más bien van a dar algo para el país. Y que no piensen en la gente grande sino que en sus niños. La gente que viene aquí es para poder traer su familia para que no vivan lo que ellos vivieron. Así como dicen, ‘Cada cabeza es un mundo.’ Cada persona es diferente y no todos somos iguales.”
Erick: “Pues, la verdad que sepan, que no toda la gente es igual. Solo porque ellos piensan que unos de allá se matan, no todos son iguales. No todos matan. No todos roban. Si uno no les da la forma de poder hacer su vida, ellos van a buscar hacer lo malo. En cambio, si ellos los dejan entrar aquí, agarran su permiso de trabajo, pueden trabajar bien, ellos más bien van a dar algo para el país. Y que no piensen en la gente grande sino que en sus niños. La gente que viene aquí es para poder traer su familia para que no vivan lo que ellos vivieron. Así como dicen, ‘Cada cabeza es un mundo.’ Cada persona es diferente y no todos somos iguales.”